Decidir poner en marcha una pequeña empresa es una experiencia increíblemente estimulante y que aporta mucha autonomía. La idea puede parecer desalentadora, pero con la dedicación adecuada y trabajando duro, tu negocio seguro que tendrá éxito. Algunos de los pasos más importantes que puedes dar para asegurarte de que tu negocio funcione bien es rodearte de las personas adecuadas, pensar de forma innovadora y, lo más importante, entender exactamente por qué quieres montar un negocio.    La primera vez que se me ocurrió la idea de iniciar mi propio negocio fue después de ser afiliada de una empresa que trabaja en el marketing de redes. La experiencia fue muy reveladora y me ayudó a desarrollar mis habilidades y a encontrar el equilibrio entre mi vida personal y profesional. La perspectiva de ser propietaria de una pequeña empresa parecía muy estimulante. Lo primero en lo que descubrí que quería trabajar era en el negocio de las aplicaciones y el software de ventas.  Lo mejor de la industria de las aplicaciones y el software de ventas es que es extremadamente rentable. Muchos otros propietarios de pequeñas empresas necesitan aplicaciones de ventas que les ayuden a crear el reconocimiento de su marca, hacer un seguimiento de sus gastos, gestionar sus calendarios y muchas otras funciones útiles para las pequeñas empresas. Dado que este tipo de aplicaciones tienen una gran demanda, pero muchas personas carecen de los conocimientos necesarios para crearlas, el sector tiene mucha demanda. Quizá una de las únicas desventajas de la industria de las aplicaciones y el software de ventas es la gran y creciente cantidad de competencia. Hacerse un nombre en un sector como éste puede ser difícil, pero la perseverancia es una de las cualidades más importantes que puede tener un pequeño empresario.  El primer paso para crear mi propio negocio fue revisar bien mi idea y asegurarme de que estaba 100 % segura de asumir el riesgo. Independientemente del tipo de sector al que te dediques, crear tu propia empresa es una decisión arriesgada. Entre otras cosas, siempre está presente la idea de que fracase. Asegurarse de que se tiene una idea clara y exacta de qué, por qué y cómo se va a hacer, ayuda mucho a aliviar la ansiedad que, sin duda, persigue a todo joven emprendedor. Del mismo modo, es muy importante saber exactamente quiénes son tus clientes y cómo vas a dirigirte a ellos. Si no estás seguro de a quién vas a intentar vender, nunca vas a dar en el clavo. Asegúrate también de tener siempre un plan de salida y una financiación adecuada. No inviertas dinero que no puedas arriesgarte a perder.  Otro aspecto realmente importante a la hora de crear tu propia empresa es elaborar un plan de negocio. A no ser que disfrutes de una buena posición, vas a tener que dar a conocer tu negocio a los inversores ángel. Una vez más, no puedo dejar de insistir en esto: estar preparado y planificar adecuadamente es, sin duda, el paso más importante para iniciar tu propio negocio. No planificar adecuadamente es como lanzarse al mar sin saber nadar. No tienes ningún chaleco salvavidas ni nada a lo que aferrarte si algo sucede en el proceso.  El siguiente paso es registrar tu empresa legalmente, pero, para ello, debes determinar qué estructura jurídica tendrá tu negocio.  La estructura jurídica de la empresa decidirá todo lo que tiene que ver con la dirección de tu negocio, desde cómo paga los impuestos hasta cuánta responsabilidad asumes como propietario si pasa cualquier cosa. En el Reino Unido hay cuatro estructuras empresariales principales: empresario individual, sociedad colectiva, sociedad de responsabilidad limitada y sociedad anónima.  Una empresa individual es la menos complicada de registrar. Inscribir tu empresa como empresario individual significa que eres un empresario autónomo. Puedes quedarte con todos los beneficios de tu negocio, pero tienes que pagar impuestos por ellos. Además, en caso de que le ocurra algo a tu pequeña empresa, tú serás el único responsable, por lo que debes solicitar un seguro. Una sociedad colectiva es un negocio que tiene dos o más propietarios que acuerdan compartir los beneficios o las pérdidas del negocio. Los socios comerciales también son responsables de la posible mala praxis de los demás. Una sociedad de responsabilidad limitada es como una sociedad colectiva, salvo que es un poco más segura para los socios comerciales. La responsabilidad de cada socio solo se limita a la cantidad de dinero que decida invertir en la empresa. Una sociedad anónima es una empresa privada propiedad de los accionistas, pero dirigida principalmente por los administradores. Los beneficios solo pueden derivarse a los accionistas en forma de dividendos.  Una vez que hayas registrado tu empresa y hayas decidido su estructura jurídica, debes contratar un seguro para ella. Es fácil dejar esto para después, porque la probabilidad de que algo vaya mal al principio no parece muy plausible, pero la posibilidad sigue estando ahí y es mejor no arriesgarse. Hay varios tipos de planes de seguros para empresas, así que investiga y elige el que te parezca más adecuado.  Personalmente, lo más atractivo de ser propietario de una pequeña empresa es la libertad de ser tu propia jefa y no tener que tratar con nadie más. Dirijo mi pequeña empresa desde casa, yo misma y nadie más. Pero, si decides contar con más gente para que te ayude, crear un equipo es un paso importante. Solo basándome en mis propias experiencias, creo que decidir a quién vas a emplear y por qué lo haces es muy importante. Tu marca está formada por las personas que decides contratar, así que si no están tan entusiasmadas como tú, probablemente no te representarán ni a ti ni a tu negocio en la forma que tú quieres. La contratación de personas para tu equipo también te coloca en una posición de poder sobre ellas, así que intenta investigar un poco sobre la gestión de personal. Un equipo feliz crea un ambiente de trabajo saludable.  Una vez que todo esto haya quedado atrás, ¡es el momento de empezar a crear la marca y la publicidad de tu pequeña empresa! Puede ser un proceso tedioso, pero en general es bastante divertido… si te gusta el diseño gráfico. Si no, siempre puedes contratar a alguien que te ayude en el proceso. Considera la posibilidad de crear un sitio web para tu empresa, una página en las redes sociales y un logotipo. Todo ello ayudará a los clientes potenciales a reconocer tu marca.    Por último: ten confianza en tu negocio cuando lo lances. Cuando lancé por primera vez mi negocio de aplicaciones y software de ventas, estaba nerviosa por cómo iba a ir, pero después de todas las horas que dediqué a la organización, planificación y preparación, ¡mi negocio arrancó de maravilla! Trabajar desde casa es un regalo, ser propietaria de una pequeña empresa es un regalo y desarrollar aplicaciones también es un regalo.